lunes, 7 de julio de 2008

Correr de noche


Llevo unos días corriendo por la noche ya que ahora en verano el calor es pavoroso. Gracias a mi linterna frontal de iluminación led, muy potente por cierto, puedo recorrer los caminos cuando el astro Rey ya está fuera del horizonte y tengo que decir que la experiencia es única y conmovedora.


Lo primero es el descenso muy acusado de la temperatura, seguido de olores diferente y una percepción del entorno muy distinta a cuando hay luz solar. Se ven más animales que por el día, bueno lo primero que ves de ellos es el brillo de sus ojos cuando es reflejado la luz de la linterna, los pájaros están en los árboles, ves sus ojos, otros están en el camino y salen volando, ves ratones de campo, gatos, líneas interminables de hormigas y lo que yo llamo diamantes de la noche que no es otra cosa que arañas, arañas muy grandes de más de tres centímetros que pululan por los caminos o esperan en algún rincón a sus presas. Se ven muchas, pero lo curioso y por eso las llamo diamantes: es el brillo que reflejan sus ocho ojos cuando se iluminan con la linterna. En serio, parece un diamante brillando en la oscuridad del camino. Cuando te detienes y las miras, puedes ver que de diamantes tienen poco, pues son muy grande y asquerosas, pero el brillo de los ocho ojos parece surrealista. Salid una noche y las veréis, impresiona.

Si no os gusta el Sol por el motivo que sea, siempre tenéis las alternativas de madrugar muchísimo o de correr por la noche. Personalmente prefiero la noche, madrugar duele.

Saludos.

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